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Mostrando entradas de enero, 2019

¡ OH VANIDAD! ¡OH NADA! : LA MUERTE

"¡ Oh vanidad! ¡Oh, nada! ¡[…]¡Vanidad de vanidades, y todo es vanidad! Es la única palabra que me queda; es el único reflejo que me permite, en un accidente tan extraño, un dolor tan sensible y tan sensible. […] No después de lo que acabamos de ver, la salud es más que un nombre, la vida es más que un sueño, la fama es sólo una apariencia, gracias y placeres no son más que una diversión peligrosa: todo es vano en nosotros, excepto la confesión sincera de que estamos ante Dios por nuestras vanidades, y se detuvo el juicio que nos hace despreciar todo lo que somos. [...]Pero los príncipes y los pueblos gemían en vano; en vano, en vano el Rey sostuvo a la señora fuertemente cerrada por tales abrazos. […] La princesa escapó de ellos entre los abrazos tan tiernos, y la muerte más poderosa la sacó de nosotros entre estas manos reales. !Que ella debe perecer tan temprano! En la mayoría de los hombres, los cambios se hacen poco a poco, y la muerte generalmente los prepara para su últim

SPINOZA : LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS

La demostración de la existencia de Dios por parte de Spinoza, es un razonamiento complejo que se encuentra al comienzo de su obra principal “La Ética”, en la primera parte (Libro I): “De Dios”. Esta demostración está en línea con demostraciones anteriores (la de Anselmo de Canterbury y, sobre todo, Descartes) en el sentido de que es parte de la llamada “evidencia ontológica” (que se basa en la definición del ser de Dios). Los comentarios que voy a hacer aquí usan el hecho de que la Ética está escrita de la misma manera que un libro geométrico, es decir que contiene definiciones, axiomas, proposiciones y demostraciones. También contiene explicaciones y escolios, es decir, comentarios destinados a proporcionar aclaraciones adicionales o refutaciones de argumentos contrarios. El trabajo fue escrito en latín; Tomaré como referencia aquí: la traducción que proporcionó la edición de La Pleiade, NRF, Gallimard, 1967, París; y el de Armand Guerinot, ed. Ivrea, 1993, París. Informaré la fuen