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EXTRACCIÓN DEL TEJIDO PARA ANÁLISIS DE ADN

Todos los resultados obtenidos en los laboratorios de investigación criminal van a depender de la toma de la muestra empaquetado, transporte y de su descripción.  Un mal procedimiento en cualquiera de los pasos anteriormente citados puede producir errores de identificación, perdida de ADN, o dificultar enormemente el trabajo en el laboratorio.


En un cadáver podemos encontrar indicios pertenecientes a la victima e índices que, aun están en el cadáver, no pertenecen a ella.

Todos los indicios biológicos se remitirán al laboratorio de biología y la gran mayoría se remitirán al laboratorio de genética forense para la extracción de ADN y posterior identificación.

En un cadáver podemos encontrar indicios pertenecientes a la victima e índices que, aun están en el cadáver, no pertenecen a ella. Todos los indicios biológicos se remitirán al laboratorio de biología y la gran mayoría se remitirán al laboratorio de genética forense para la extracción de ADN y posterior identificación.

Es por tanto, muy importante hacer una diferencia entre la recogida de indicios biológicos en el cuerpo de la víctima, muestras dubitadas, que están en el cadáver pero no sabemos con certeza su origen y muestras indubitadas (que no admite duda), que tomamos del cadáver y tenemos la certeza que pertenecen a la persona fallecida.

Recogida de indicios biológicos en el cuerpo de la víctima

A/ Indicios sólidos


Manchas de sangre, semen u otros fluidos biológicos : recoger la mancha con un hisopo estéril ligeramente mojado con agua destilada.
Limpiar todo el área presionando suavemente y si es posible con un solo hisopo.









Saliva en marcas de mordeduras : recoger la mancha con un hisopo estéril ligeramente mojado con agua destilada.
 Limpiar de forma circular la marca dejada por los dientes y toda el area interior que delimita.





Uñas : Examinar las manos y uñas de la víctima, recogiendo con una pinzas los pelos o fibras que puedan existir y posteriormente cortar el borde superior de las uñas para examinar en el laboratorio la posible presencia de restos de sangre y piel. Recoger por separado las uñas de ambas manos en un papel, envolverlas con cuidado e introducir en bolsas de papel pequeñas.

Pelos debitados : deben ser recogido con unas pinzas, colocando cada pelo o grupo de pelos en un papel pequeño que será doblado con cuidado e introducido en una bosa de papel pequeña.

B/ Indicios húmedos


Las ropas de vestir son las muestras que de forma mas frecuente pueden contener indicios húmedos, generalmente manchas de sangre. En este caso, las muestras completas o las manchas objeto de estudio deben dejarse secar en un lugar protegido, sobre una superficie limpia. Las muestras completas o las manchas, una vez secas, se envuelven por separado en papel y se introducen en bolsas de papel independientes.

C/ Indicios liquidos

  • Sangre
    • Sangre en escasa cantidad. Se debe recoger con un hisopo estéril.
    • Sangre coagulada . Se debe recoger con una cuchara de plástico e introducir en un tubo o frasco de plástico.

  • Semen
    • Métodos de barrera: los preservativos, diafragmas o capuchones encontrados con semen liquido se cogen, si es posible se atan bien, para que no se derrame el contenido, y se introducen en un frasco de plástico.
    • Semen en escasa cantidad. Se debe recoger con un hisopo estéril.
  • Liquido amniótico : se recoge una muestra de unos 10 ml que se introduce en un tubo.
  • Orina u otros fluidos biológicos: deben recogerse con una pipeta de plástico desechable e introducirse en tubos o frascos.
  • Restos fetales y placentarios : Se recogen con unas pinzas y se colocan por separado en frascos de boca ancha y tapón de rosca, y sobre todo sin liquido fijador.

Recogida de muestras indubitables en el cadáver

A/ Muestras indubitadas en cadáveres en buen estado de conservación
Son cadáveres que tengan poca horas o días, con refrigeración, y no hayan estado expuestos a agentes medioambientales que hayan podido acelerar el ritmo normal de los procesos de autolisis y putrefacción. En general, en estos cadáveres siempre podremos encontrar sangre post-mortem, no coagulada.

Sangre post-mortem

Se recoge una muestra de unos 10 ml de sangre que debe introducirse en un tubo que contenga un anticoagulante de tipo EDTA.
Si se requiere sangre para la realización de otro tipo de análisis, deberán recogerse muestras adicionales.

Músculos esqueléticos

Se  seleccionan dos fragmentos de musculo esquelético de la zona mejor conservada de unos 10g de peso (aproximadamente de 2 cm de lado) que se introducen en un recipiente de plástico con boca ancha y tampón de rosca.

Tejido muscular esquelético


Se elige este tipo de tejido por ser, junto con el musculo cardiaco, el más resistente a la putrefacción.

Si existen dudas sobre la conservación del cadáver, conviene extraer 4 piezas dentales, si es posible molares, y reservarlas, para evitar la posible exhumación del cadáver.

B/ Muestras indubitadas en cadáveres en avanzado estado de putrefacción o esqueletizados

Son cadáveres en los cuales los efectos de la putrefacción ya comienzan a ser visibles.



Se recomienda seleccionar huesos (siempre que sea posible un hueso largo tipo fémur) y dientes (al menos 4 piezas dentales) que se introducirán por separado en bolsas de papel, más o menos grandes dependiente del tamaño de las muestras.

Si no se puede enviar el fémur completo al laboratorio, se puede cortar un fragmento de unos 6 x4 cm2 a tomar en la diáfisis del hueso y enviarla al laboratorio. Para realizar el corte podemos utilizar una lijadora automática o una sierra de corte. Al realizar cualquier corte en los huesos intentaremos evitar alterar lo mínimo sus medidas, por si posteriormente se sometieran a un estudio de antropología física.

Fémur

Si los huesos tienen restos de putrílago (materia pultácea producida por la necrosis de los tejidos gangrenados), se limpiaran lo mejor posible y se introducirán en recipientes adecuados a su tamaño.

Siempre que sea posible, es recomendable seleccionar fragmentos de tejido muscular de las zonas mejor conservadas que se introducirán en recipientes de plástico con boca ancha y tapón de rosca y sobre todo sin liquido fijador.

Si únicamente existen vísceras, se eligieran las que estén mejor conservadas, teniendo en cuenta que el corazón es uno de los órganos que mejor resiste los procesos de putrefacción.

Si se sospecha la existencia de restos cadavéricos de varias personas, es fundamental enviar cada una de las muestras por separado.

C/ Muestras indubitadas en cadáveres carbonizados





A pesar de lo que la apariencia externa pueda indicar, la estabilidad del ADN a altas temperaturas permite que, en cadáveres en los que la carbonización no es total, el análisis genético se pueda llevar a cabo a partir de fragmentos de musculo esquelético de zonas profundas y de la sangre semisólida que permanece en el interior de las cavidades cardiacas.

Hay que diferenciar entre cadáveres que hayan sufrido un proceso de carbonización lento, y aquellos que la combustión haya sido rápida, debido a la deflagración o detonación de un combustible.

El cuerpo de una víctima que ha sufrido una onda expansiva de un accidente, en muchos casos, puede tener signos de carbonización externa mucho mayores que un cadáver que haya sufrido una combustión lenta. En estos cadáveres aunque el musculo esquelético y las vísceras estén carbonizados, podemos obtener resultados de muestras procedentes de la cavidad medular de los huesos largos, que han quedado más protegidas durante el proceso de combustión.
Cavidad medular de los huesos largos


Si la combustión es total, lo recomendable es ponerse en contacto con el laboratorio para valorar, en función de las muestras disponibles y de su estado, cuales son las más adecuadas para el análisis.

Si se sospecha la existencia de restos cadavéricos de varias personas, es fundamental enviar cada una de las muestras por separado, introduciéndolas en frascos o recipientes de boca ancha y tapón de rosca y, sobre todo, si liquido fijador y bien identificadas.

D/ Muestras indubitadas en cadáveres conservados

Existen procesos naturales y artificiales de conservación de un cadáver.

Dentro de laos naturales distinguimos la saponificación, momificación y congelación. Y como métodos artificiales encontramos el embalsamiento y también la momificación artificial.

La saponificación es un proceso de transformación de las grasas corporales en ceras debido a la preservación de un cuerpo fallecido en lodazales, suelos arcillosos, aguas estancadas, etc.


Suelo arcilloso

En estos cuerpos los procesos de intercambio iónico son muy altos y la degradación de las macromoléculas es característica cuando hay humedad.

Un cuerpo saponificado puede presentar un aspecto conservado, cuando en la mayor parte de los casos es muy difícil el análisis de ADN, debido a su degradación. En estos casos, se seleccionaran al menos 4 piezas dentales, si es posible molares, que no estén externamente dañados ni hayan sido sometidos a endodoncias.


Hombre de Tollund en dinamarca


Los procesos de momificación (ya sean naturales o artificiales) y congelación, en general, preservan el cuerpo fallecido debido a la desecación rápida del cuerpo y la disminución de la temperatura, respectivamente.



En ambos casos, frenamos la putrefacción de la materia orgánica, al desaparecer la posibilidad del crecimiento bacteriano. 
Esto se debe a la ausencia de agua o a las disminución de las actividades biológicas por la bajada de la temperaturas, respectivamente.

La posibilidad de éxito en estas muestras es mucho mayor que en cuerpos saponificados o embalsamados. Siempre que sea posible, es recomendable seleccionar fragmentos de tejido muscular de las zonas mejor conservadas que se introducirán en recipientes de plástico con boca ancha y tapón de rosca y sobre todo sin liquido fijador.

En estos casos, también es imprescindible seleccionar al menos 4 piezas dentales, si es posible molares que no estén externamente dañados ni hayan sido sometidos a endodoncias y, a lo menos un hueso largo.


En los cadáveres embalsamados (cadáveres conservados artificialmente mediante la utilización de líquidos conservantes tipo formol) el ADN sufre procesos de degradación que hacen, en la mayor parte de los casos, muy difícil el análisis. Para seleccionar las muestras más adecuadas, lo recomendable es ponerse en contacto con el laboratorio y, en función de la técnica de embalsamiento, antigüedad, etc., valorar que muestras son las más idóneas para el análisis.




Autor del articulo : Maria del Rosario S.

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