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REALIZACÍON DE UNA TANATOPRAXIA

En primer lugar, es muy importante, antes de iniciar cualquier maniobra con el cadáver, comprobar que existen la autorización para realizar la tanatopraxia y el Certificado de Defunción, donde verificamos la causa del fallecimiento.
Preparamos el instrumental necesario que vayamos a utilizar, verificaremos la identidad del cadáver, analizaremos la ropa que va a llevar el difunto y comprobaremos si, en las prótesis dentales, aparecen estimuladores cardiacos que deberán ser retirados en caso de incineración.




Desnudaremos el cadáver, lo colocaremos sobre la mesa de trabajo y relazaremos una inspección ocular del mismo, paciendo al lavado del cuerpo, el cabello, los ojos y oído, la boca y los genitales. En el caso de los hombres, también un correcto afeitado.


Retiraremos las vendas o apósitos que pudieran existir, verificando las suturas y puntos de perfusión por donde se puede perder liquido conservante.

Todo maniobra con el cadáver se realizara con el máximo respeto y consideración, evitando en lo posible la desnudez completa, tapando al menos sus partes intimas.

Realizamos las maniobras oportunas para vencer la rigidez cadavérica en todas las articulaciones, con lo que facilitaremos el paso del líquido conservante. Aplicaremos en los brazos, piernas y orejas crema de masaje, lo que nos facilitara dar las masajes necesarios en los miembros, a fin de ayudar al drenaje venoso ya una mejor perfusión del liquido conservante. En los labios aplicaremos crema rehidratante, ya que son los que más pueden sufrir una profunda deshidratación con los líquidos conservantes. Cerraremos y taparemos la boca de forma provisional.


Una vez realizadas estas maniobras previas, escogeremos el lugar de incisión : carótida, femoral o humeral. Si se trata de una mujer, y conociendo si el tipo de mortaja que utilizaremos posteriormente va a dejar al descubierto el cuello, escogeremos la femoral o la humeral.

Arteria femoral

Si hemos optado por la carótida, procederemos a realizar la incisión en el lugar adecuado. Trazaremos una línea imaginaria desde el punto de unión entre la clavícula y el esternón hasta el lóbulo de la oreja, y haremos la incisión de entre 3 y 4 centímetros desde la parte más baja de la línea trazada hacia arriba. Encontraremos inmediatamente el musculo esternocleidomastoideo, que retiraremos con el separador y el gancho de vaso sanguíneo, para encontrar inmediatamente debajo el paquete neuro-vascular, compuesto por la arteria carótida primitiva, la vena yugular y el nervio neumogástrico.
Paquete neuro-vascular



Con sumo tacto separaremos la arteria carótida del resto, aflorándola al exterior, y colocaremos dos hilos de ligadura que nos servirán, en un principio, para tener localizada la arteria mientras extraemos la vena yugular, y después como cierre de la arteria una vez finalizada la tanatopraxia.



Arteria carotida



Una vez la vena yugular se encuentra en el exterior, se procederá a realizar una pequeña escotadura, por donde introduciremos un separador venoso que nos ayudara a realizar el drenaje.



Llegados a este punto, podemos optar por continuar con una sola carótida o utilizar la misma maniobra para la segunda, y cerrarla con una pinza Difenbach, para evitar que se inyecte la cabeza durante la inyección principal del cuerpo.

Poligono de Willis

Si incidimos en las dos carótidas, nos aseguraremos de que la inyección de la cabeza es independiente del resto del cuerpo, por lo que la inyección será simétrica : es decir inyectaremos la misma cantidad de liquido conservante en ambos lados, ya que la transferencia de conservante de un lado al otro es mínima, debido al calibre de las arterias en el polígono de Willis.

Si hemos optado por continuar con una solo carótida, debemos tener en cuenta que durante la inyección principal se va a inyectar también un lado de la cabeza, el contrario a la carótida por la que inyectemos.

Tendremos preparados el liquide conservante y y procederemos, al igual que con la vena yugular, a realizar una pequeña escotadura en la arteria, por la que introduciremos la cánula de inyección, que procuraremos que sea del mismo calibre que la arteria, con lo que evitaremos posibles fugas de liquido conservante.


Pinza Difenbach

Introduciremos la cánula de inyección en la arteria, en dirección del corazón. Fijaremos la cánula mediante una pinza aprieta-tubos, apretaremos la ligadura por debajo de la pinza y colocaremos una pinza Difenbach en la parte superior de la arteria, para ocluir el paso hacia la cabeza. 


Comenzaremos la inyección, que podremos realizar con una bomba inyectora eléctrica o manual. Con la bomba eléctrica tendremos en cuenta la presión de inyección, que si fuera excesiva llegaría a romper los capilares arteriales, anulando de esta forma el intercambio capilar y extravasando el liquido conservante en los tejidos adyacentes, obstaculizando el retorno venoso y, con ello, el drenaje.


Si estamos inyectando correctamente, inmediatamente veremos cómo las venas del brazo y el tórax se van hinchando. En ese momento debemos comenzar el drenaje venenoso, si es necesario ayudados de las pinzas o el separador venoso. Iremos retirando los coágulos que pueden existir y que estén impidiendo el drenaje. Nos ayudaremos para el drenaje de los masajes en los miembros, siempre en dirección al corazón.

Inyectaremos de 6 a 8 litros, aunque no es una cantidad de litros estándar. Cada cuerpo nos indicara por sí mismo la cantidad de líquido que se le puede inyectar.

Durante la inyección, vigilaremos continuamente que no se hincha la cara, ni los ojos. Cuando llevemos aproximadamente 2/3 de la inyección prevista, detendremos la misma y procederemos a realizar una punción espirativa de las cavidades del tórax y abdomen, con el fin de eliminar el máximo posible de líquidos. Comenzaremos con el corazón, realizando la punción en la aurícula derecha, y continuaremos por el resto de vísceras huecas y cavidades.


Para realizar la punción es necesario tener un buen conocimiento de anatomía, sabiendo donde se encuentra situada cada una de las vísceras.


Reanudaremos la inyección dejando aproximadamente un litro que utilizaremos para inyectar en la cabeza, cambiando el sentido de la cánula hacia la cabeza, fijándola y ligándola como se indico anteriormente. Inyectaremos de forma simétrica al lado opuesto de la cara.


Si hubiéramos optado por abrir las dos carotideas, no debemos olvidar retirar la pinza Difenbach , que estaba ocluyendo la coronaria opuesta. Así tendremos una válvula de escape para evitar que la cara se hinche. Como se ha indicado, inyectaremos ambos lados de forma simétrica.


Una vez realizada la inyección, se retira el taponamiento provisional que se realizo en la boca y nariz, para evitar posibles escapes de liquido conservante durante la inyección.



Procederemos a realizar una punción generalizada del cuerpo, acabando esta con una punción de la tráquea y un lavado de la cavidad bucal.



Ataremos las ligaduras que tenemos situadas en las carotideas y suturaremos las dos incisiones previamente taponadas con algodón y polvos de incisión. Utilizaremos una sutura lo más hermética posible.




Sutura de arteria femoral

Taponaremos, ya de forma definitiva, la cavidad bucal y las fosas nasales, procediendo al cierre de la boca, aunque no anudaremos definitivamente la sutura hasta que el difundo este vestido y colocado en el féretro.



Colocaremos los cubre-ojos (cubiertos con crema rehidratante) para dar volumen a los ojos.



Inyectaremos liquido conservante, de mayor concentración, o liquido de cavidades, a través del trocar utilizado para la aspiración, distribuyéndolo de forma homogénea por el tórax y el abdomen. Apropiadamente medio litro.



Obturaremos el orificio de la punción, bien con los tapones especiales para ello o bien suturándolo.



Excepcionalmente se inyectaran otras arterias humerales, radiales cubitales, tíbiales, maleolares, etc., solo cuando los extremos distales de los miembros no hayan sido irrigados correctamente.

Básicamente, inyectaremos en las arterias de mayor calibre.


***
Existen algunas variantes sobre la técnica descrita.


Una de ellas es la sustitución del drenaje a través de la vena yugular, por la punción, directa en la aurícula derecha : muy popular en Francia, donde se realiza un número importante de tanatopraxias a domicilio.



Otra de las variantes es la operación de seccionar totalmente la vena de drenaje, sin la utilización del separador venoso. Algunos la denominan drenaje a la americana, ya que parece ser que allí es una práctica habitual.



Autor del articulo : Maria del Rosario S.

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