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ALGUNOS DE LOS COMPOSITORES QUE DESCANSAN EN EL CEMENTARIO CENTRAL DE VIENA


El cementerio central de Viena (Zentralfriedhof), inaugurado en 1874 es el más extenso de la capital austriaca . Tiene una superficie de unos 2,5 km² con 3,3 millones de personas enterradas. Es el tercero más grande de Europa tras el de la Almudena de Madrid y el de Hamburgo.  Además de la sección católica cuenta también con una protestante, una ortodoxa  y dos cementerios judíos.







Es un cementerio muy visitado porque ahí se encuentran las tumbas de compositores  famosos.





En primer lugar, debemos hablar de Ludwig Van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre de 17702 -Viena, 26 de marzo de 1827).

Siendo el último gran representante del clasicismo vienés (después de Christoph Willibald Gluck, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart), Beethoven consiguió hacer trascender la música del Romanticismo, influyendo en diversidad de obras musicales del siglo XIX. Su arte se expresó en numerosos géneros y aunque las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su impacto resultó ser principalmente significativo en sus obras para piano y música de cámara.




A finales de 1826, Beethoven se resfrió seriamente en el viaje de regreso de la propiedad de su hermano Johann, donde había pasado el verano y con el cual se había peleado en varias ocasiones. La enfermedad se complica asociándose a problemas hepáticos serios de los que Beethoven había sufrido toda la vida. Finalmente después de una enfermedad dolorosa de tres meses Beethoven muere, rodeado de sus amigos, el 26 de Marzo de 1827, justo cuando una tormenta descarga sobre Viena. Los servicios fúnebres fueron celebrados en la Iglesia de la Santa Trinidad, distante un par de manzanas del domicilio de Beethoven. Se estima que entre 10.000 y 30.000 personas asistieron a sus exequias que adquirieron una gran importancia. Franz Schubert, muy tímido y un gran admirador del compositor (que nunca se animó a acercársele) fue uno de los que cargaron el féretro, con otros músicos. Schubert murió el año siguiente y pidió ser enterrado al lado de Beethoven.

En Viena hay una casa donde se dice que una vez se han encontrado juntos Beethoven, Hayden y Mozart. Es cronológicamente posible aunque los tres hombres tenían edades muy diferentes. La verdad es que en 1787 Ludwig van Beethoven llegó a Viena. Tenía 16 años y quería dar clases con Mozart o con Haydn. Pero tuvo que regresar rápidamente a Viena con lo cual no hay nada cierto en esta anécdota.

Se cuenta también, pero se tiene como una leyenda, que la primera vez que Beethoven escuchó una obra de Mozart  dijo algo  así : “Este jovencito tendrá un gran  futuro en la música”. ¡Es demasiado bueno para ser verdad!


Franz Schubert (1797-1828) también descansa en paz, al lado de Beethoven en Viena.






Schubert fue uno de los principales músicos austríacos que vivió a comienzos del siglo XIX. En la historia ha estado siempre escondido, a la sombra de Beethoven. Escribió más de seiscientos lieder, de los cuales gran parte, después de su fallecimiento, quedaron inéditos. Si analizamos su música, nos damos cuenta de que está repleta de tristeza. "No existe música alegre" llegó a decir.




Admirado en un círculo muy restringido, la revalorización del compositor se llevó a cabo a partir de su muerte: obras inéditas o que sólo se habían interpretado en el marco familiar, empezaron a ser conocidas y publicadas; Defendidas por músicos como Robert Schumann o Felix Mendelssohn. Es, sobre todo, el caso de su producción instrumental madura, de sus últimas sonatas para piano, sus cuartetos de cuerda y sus dos postreras sinfonías, a cuyo nivel sólo parecen equiparables las de Beethoven.

El año de su muerte fue , quizá, el año que más música escribió de su vida, y posiblemente la de mejor calidad; tal vez ¿escribió tanta música porque tenía prisa intuyendo su fin? Entre las obras de este último año está el ciclo de Lieder «Schwanengesang» (El canto del cisne): según la leyenda, de la que Virgilio entre otros se hace eco, el cisne, canta por única vez en su vida con un canto dulce y melodioso, minutos antes de su muerte; de ahí que se utilice la expresión «El canto del cisne» al último momento estético de un artista, a su última obra.




Pienso también que es difícil decir que se ha vivido sin haber escuchado por lo menos una vez, el Ave Maria de Schubert cantado por Maria Callas. Estos extractos se encuentran facilamente por ejemplo en Youtube.

El 6 de octubre del año1828, muy cercana ya su muerte, fue a visitar  la tumba de Haydn a Eisenstadt. El mismo mes empezó una nueva sinfonía que jamás acabaría.
El 19 de noviembre a las 3 de la tarde muere en la casa de su hermano después de solicitar escuchar, por última vez, el cuarteto para cuerda n°14 de Beethoven.

Para terminar de hablar de Schubert, una anécdota que viene al caso, conozco personalmente ha alguien, que ha tocado el piano de Schubert en su Casa-Museo de Viena. Esta persona, ya de por sí muy aficionada a la música, para él fue muy emocionante pero está totalmente prohibido y estuvo cerca de acabar en una comisaría de policía.

Johannes Brahms (1833 - 1897) fue un compositor y pianista alemán del romanticismo. A Brahms se le considera el más clásico de los compositores románticos. Se mantuvo fiel toda su vida al clasicismo conservador y romántico, influenciado por Mozart, Haydn y particularmente,  por Beethoven.



                      


Brahms, que al principio de su carrera se había centrado casi exclusivamente en la producción pianística, abordó entonces las grandes formas instrumentales, como sinfonías, cuartetos y quintetos, obras todas ellas reveladoras de un profundo conocimiento de la construcción formal. A diferencia de la mayoría de sus contemporáneos, y al igual que su rival Bruckner, fue partidario de la música abstracta y nunca abordó ni el poema sinfónico ni la ópera o el drama musical. Donde se advierte más claramente su inspiración romántica es en sus numerosas colecciones de lieder. En el resto de su producción, de una gran austeridad y nobleza de expresión, eludió siempre cualquier confesión personal.




La familia Strauss : Aunque toda la familia Strauss fue una familia de compositores, hablaremos aquí del famoso Johan Strauss II (llamado II porque tenía un hermano con el mismo apellido).  Richard  Strauss que  puede ser considerado como el músico más importante de la familia no  está en Viena sino en Alemania en Garmisch.




Johann Strauss II (1825- 1899) fue un compositor austriaco conocido especialmente por sus valses, como El Danubio azul. Hijo del compositor Johann Strauss I y hermano de los compositores Josef Strauss y Eduard Strauss, Johann II es el más famoso de la familia Strauss. Fue conocido en vida como «el rey del vals» y a él se debe en gran medida la popularidad del vals en la Viena del siglo XIX.







Revolucionó el vals, elevándolo de una danza campesina a una de entretenimiento apta para la Corte Imperial de los Habsburgo. Sus obras gozan de una mayor popularidad que las de sus predecesores, como su padre y Josef Lanner. Algunas de sus polcas y marchas son también muy conocidas, así como su opereta Die Fledermaus (El Murciélago).






Por fin, hablaremos de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), aunque no está en el cementerio  central de Viena, pero un monumento recuerda su memoria.



El el año 1791, la salud del compositor empezó a declinar. Mozart se sintió enfermo durante su estancia en Praga el 6 de septiembre durante el estreno de su ópera La clemenza di Tito (KV 621), compuesta en ese año como un encargo para los festejos de la coronación de Leopoldo II como emperador. Al regresar a Viena, Mozart se puso a trabajar en el Réquiem y preparó, en compañía del empresario teatral y cantante Emanuel Schikaneder, los ensayos de La flauta mágica. Esta se estrenó con enorme éxito el 30 de septiembre, con el propio Mozart como director. En octubre su salud empeoró; caminaba con su esposa por el Prater cuando de pronto se sentó en un banco y muy agitado comentó a Constanze que alguien lo había envenenado. El 20 de noviembre la enfermedad se intensificó y cayó postrado en cama, aquejado de hinchazones, dolores y vómitos. El 5 de diciembre de 1791, cerca de la medianoche, llegó el doctor Closset de la ópera y ordenó que le pusieran compresas frías de agua y vinagre sobre la frente para bajarle la fiebre. Esto hizo tanto efecto en él que perdió el conocimiento y así estuvo hasta el momento de su muerte. A las doce y cincuenta y cinco minutos de la madrugada, Mozart falleció en Viena a la edad de 35 años, 10 meses y 8 días, y su funeral tuvo lugar en la Catedral de San Esteban (donde anteriormente se había casado con Constanze), el día 6 de diciembre. Fue amortajado según el ritual masónico (manto negro con capucha). El entierro de Mozart fue de tercera categoría. Fue enterrado al anochecer, siendo trasladado el féretro en coche de caballos hasta el cementerio de St. Marx en Viena, en el que recibió sepultura en una tumba comunitaria simple (parecida a una fosa común).







Autor del articulo : Maria del Rosario S.



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